
La Presidenta habló de Chávez, Malvinas y vestidos exclusivos. "Mi país no es una monarquía ni mi casa una tienda de zapatos”, dijo. Javier Arevalo.
La popular revista para hombres GQ publicó, en su edición británica de septiembre, anticipada en internet y distribuida en librerías y shoppings de Londres, el reportaje hecho a la Presidenta, en dos etapas, por la supermodelo Naomi Campbell.
La primera parte se hizo en Buenos Aires, el 10 de enero; la segunda, el 8 abril, en París, cuando Cristina viajó para participar en la marcha que pidió por la liberación de Ingrid Betancourt, por entonces cautiva de las FARC, y en el momento en que Buenos Aires comenzaba a arder a raíz del conflicto con el campo.
Cristina no recibió a la prensa argentina en esa oportunidad para atender el segundo requerimiento de la modelo, que puso especial énfasis en los gustos caros de la mandataria.
En el artículo de cuatro páginas, Campbell se despacha sobre una cantidad de temas. Pero lo que más llama la atención de la revista es la “ostentación extravagante” de la presidenta de los argentinos.
–¿Cuánta importancia le da a la moda –preguntó la modelo.
–En los años 70 –respondió Cristina– algunos decían que usar maquillaje o lucir bien no era más que una actitud burguesa y por ende condenable. A mí me parecía algo tonto. Nunca creía que la feminidad fuera incompatible con la política.
–¿Es cierto que tiene un par de zapatos para cada día del año?
–¡Parezco un ciempiés! Nadie le pregunta al señor Kirchner cuántos trajes o corbatas tiene.
–¿Le gusta que la llamen “Reina Cristina”?
–Mire, ésa es otra creación de los medios, que muestra cierto grado de misoginia. Mi país no es una monarquía. Y tampoco mi casa es una tienda de zapatos.
El más relevante de los temas políticos pasó por el conflicto abierto por la guerra de las Malvinas. Sin embargo, la nota comienza con una lead que dice: “¿Una abogada que se volvió primera dama y que se convirtió en Presidenta? Cristina Fernández de Kirchner, de la Argentina, ha logrado lo que Hillary Clinton sólo puede soñar. Pero ahora que está haciendo un reclamo por las Malvinas (Falklands), ¿está por irse todo al diablo?”.
La entrevista, que lleva como volanta “Naomi en la Argentina”, va desde la relación de la Argentina con Chávez hasta el gusto de la Presidenta por los vestidos de diseñador. Es en este punto en particular que la publicación se decide a trazar paralelos entre la primera mandataria y Eva Perón: “Luce como una versión siglo XXI de Evita, con un toque de Nancy Dell’Ollio (una celebrity de la TV inglesa, famosa por su coquetería y sus visitas al cirujano plástico), Cristina Kirchner, de 55 años y presidenta de la Argentina, ha sido apodada ‘Reina Cristina’ debido a su gusto por la alta moda y la ostentación extravagante. Lo que se vuelve un problema cuando está intentando demostrar al electorado y al mundo que es capaz de manejar un país que se enfrenta a una potencial ruina financiera”.
En la entrevista, Campbell cae en la tentación de preguntarle a Cristina sobre los posibles puntos de contacto con Eva Perón, en especial sobre sus cualidades. La Presidenta respondió: “No puedo compararme con Eva Perón, aunque puedo decirle que Evita influyó a toda una generación, la mía. [...] fue la imagen del compromiso y de la lucha. Fue la imagen de un país diferente. Eva Perón tuvo el honor y la valentía de enfrentarse al establishment de toda una era”.
La nota está precedida por una introducción firmada por el periodista Andy Morris; el tono de GQ es directo. Dice que “para muchos en el país y afuera también, Cristina Kirchner tiene aún todo por probar.
Siguiendo las políticas de su marido no alcanza si quiere estar a la altura de ‘la nueva Evita’. Puede que tenga el guardarropa y las conexiones, todo lo que necesita ahora son las medidas revolucionarias que salven a la Argentina del peligro económico que la acecha”.
En un tramo, Campbell señala: “Entrevisté a Chávez hace un tiempo, pero en el exterior hay un sentimiento de incomprensión hacia él. ¿Cuál es la posición argentina?”. “El presidente Chávez –respondió Cristina– tiene una relación de amistad con la Argentina; fue elegido democráticamente, con un amplio margen y nosotros respetamos eso. [...] América Latina necesita a Chávez tanto como Europa necesita a Putin.”
Campbell hace hincapié en la “posición oficial” del Gobierno sobre Malvinas. Pero la revista asegura que la decisión de hacer un nuevo reclamo tiene que ver con la necesidad de distraer la atención de los problemas que agobian al país en este momento. “Nuestro reclamo de soberanía –apuntó Cristina– es evidencia de la ciudadanía universal. Gran Bretaña se ha rehusado sistemáticamente a considerar el tema a pesar de las apelaciones enviadas a las Naciones Unidas. Se trata de señalar la vergüenza de que aún exista un enclave colonial en pleno siglo XXI.”
Cuando se le consultó qué piensa acerca de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, Fernández subrayó: “Creo que ella debería saber que lo que ha ganado es una batalla. Ella es la ciudadana de una gran potencia militar, pero jamás podrá esconder la condición del Reino Unido como país colonial”.
Quizá Campbell fue advertida al producir su entrevista que en la Argentina ni Néstor Kirchner en su gobierno ni el que encabeza su esposa han sido muy amigos de la opinión de la prensa independiente. “¿En qué se equivoca la prensa cuando habla de usted?”. “Bueno, tengo mis convicciones y siempre fui fiel a ellas, usando los que he considerado como los mejores argumentos. No soy una persona a la que le gusta usar adjetivos; cuando hablo, me baso en cifras, en información, en números, en hechos, porque creo que la Argentina ha visto cómo muchos adjetivos era manoseados”, repuso Cristina.
Aunque no acepta entrevistas de periodistas nacionales, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió el 11 de enero en su despacho de Casa de Gobierno a la modelo británica Naomi Campbell. (Télam)
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