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"Todos aceptamos la revisión del FMI, pero no nos fijarán políticas"


La explicación de Cristina sobre la declaración de la cumbre del G-20. La Presidenta confirmó el aval al Fondo para revisar la economía argentina.

Como era previsible, la última escala de la gira presidencial de una semana deparó más información sobre lo que había quedado en el tintero de los días que pasaron en Estados Unidos y de lo que espera en Argentina al regreso, que de los hechos concretos que tuvieron lugar en la tropical y desordenada Segunda Cumbre América del Sur-Africa, que tuvo más color que carnadura.Apenas bajó de su habitación en el Hotel Hesperia, de cara al azul Caribe, Cristina Kirchner confirmó el giro del gobierno en su relación con el FMI. Casi sin quererlo, la Presidenta admitió ante los periodistas que la esperaban que el Fondo podría volver a realizar una evaluación de la economía argentina como la prevista en el artículo IV –como anticipó Clarín–, una práctica que estaba suspendida desde que se canceló la deuda con el FMI en 2005 y la Casa Rosada decidió romper cualquier cooperación con el organismo.

Lo hizo intentando matizar la novedad, para que no fuese vista como un renuncio. "No hay ningún acercamiento (con el FMI). Todos los países miembros hacen artículo cuarto, inclusive Venezuela, pero aquello de que el Fondo Monetario venía a indicarnos políticas que debían seguir los países es un asunto del pasado", subrayó la Presidenta.La noticia se veía venir. Ya el viernes, en Pittsburgh, la Presidenta había firmado la declaración del G-20 en la que los países se comprometieron a mantener un mecanismo de consultas con el FMI. Y en la comitiva argentina hacían suyas palabras de Lula, quien había dicho: "Ahora hay cosas del FMI que me gustan".Cristina insiste en que "el Fondo no puede hacer diferencia entre lo que le exige a los países ricos y a los pobres" y en que no aceptará "las viejas condicionalidades".
Pero la sola aceptación de la Argentina de una auditoría por parte del FMI ayudaría a avanzar en las dilatadas negociaciones con el Club de París por el pago de la deuda argentina en default.Más allá de esto, ayer había euforia en la comitiva oficial por lo ocurrido en Pittsburgh. Que el G-20 haya sido confirmado como nuevo referente político y económico mundial y, más importante aún, que Argentina se haya sostenido en ese grupo de elite era vivido, con justicia, como una gran noticia. Con respecto al futuro, la mira estaba puesta en el debate de la ley de medios en el Congreso. El Gobierno hace cuentas para garantizar su aprobación sin reformas no más allá del 14 de octubre.

En lo propio de la Cumbre, la Presidenta llamó a fortalecer el eje Sur-Sur mediante la cooperación con transferencia tecnológica. Aseguró que "América del Sur y Africa encajan casi como si fuesen un hombre y una mujer" y que "estamos unidos por nuestra matriz histórica". Al cierre de esta edición estaba previsto que los presidentes sudamericanos firmaran el acta constitutiva del Banco del Sur con un fondo de 20 mil millones de dólares. Después sólo quedaba apurar la cena y correr al Tango 01 para emprender el regreso.

clarin.com

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